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Sin pelos en la lengua

TIGRES YA ESTÁ EN LA FINAL… ¿HABRÁ FINAL REGIA?

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POR: HIGINIO ROBLES LEÓN

De las Páginas de MILENIO.COM

es único. Nadie hasta hoy había alcanzado tres finales de Liga de manera consecutiva, un modelo, sí, al alcance de pocos, pero que debería tomarse como ejemplo. El cuadro de la UANL se ha convertido en protagonista y reclama, con resultados deportivos, que miren a verle, porque lo hace doblegando y exhibiendo a grandes monstruos como América al que sometió con un contundente 3-0 (global 4-0) y se instaló en la Final del Apertura 2017.
Y América que se marcha de vacaciones porque fue incapaz de montar un ejercicio de rebeldía, apeló al orgullo, pero sus intenciones no se trasladaron al juego, de nuevo dejaron una imagen paupérrima y arrastraron su prestigio.

Si bien Miguel Herrera asumió la necesidad de hacer goles, y no se guardó nada, lo que ofreció fue muy pobre. El Piojo entendió que si había de caer debía hacerlo muriendo en la lucha cuerpo a cuerpo, así que cambió su esquema, guardó la línea de 5 y pasó a jugar con 4 en el fondo. Pablo Aguilar y Cecilio se quedaron en la grada, los dos paraguayos acusaban molestias que les impidieron llegar a la vuelta.

Sin embargo, toda la dinamita de azulcrema nunca tuvo la chispa que la hiciera explotar, estuvo lejos de poner en aprietos a Tigres, con jugadores voluntariosos, pero muy erráticos.

Fueron unas Águilas a las que les ganó la imprecisión, tuvieron la pelota, pero las gobernó el ansia, avanzaba el tiempo y no corregían sus fallas. Mientras, el cuadro del Tuca Ferretti gestionó su ventaja, solo tuvo un ajuste, el de Fernando Meza por el lesionado Juninho.

Aunque al inicio, Tigres no lograba tener el balón porque las Águilas presionaban arriba y obligaban a que el conjunto felino dividiera la pelota. Darwin con un tiro libre, Mateus con un disparo de media distancia y luego Romero con un tiro débil que levantó Guzmán fueron los avisos de un América que trataba, pero carecía de lucidez, le iba el tiempo encima, se mostraba revolucionado, pero poco efectivo, ese tono de imprecisión que le ha acompañado las últimas semanas no pudo ser corregido en un partido que demandaba la mayor serenidad en la zona definitiva.

El partido pasó a ser disputado en medio campo, Tigres mantuvo la tensión en la retaguardia, fue cerrando caminos y a los americanistas les faltaba imaginación para cuajar una buena jugada.

Entonces vino el primer aviso serio de Tigres, un tiro de Vargas que se fue mordiendo el palo, los felinos gestionaron su ventaja, cedían terreno para salir a la contra con Enner Valencia, un tipo que cuando tomaba la pelota arrancaba dejando rivales en el camino. Cuando los universitarios se animaban metían miedo, Gignac tiró desde el borde del área, pero Marchesín repelió, le cayó a Vargas que volvió a echarla por un costado, seguí con vida América, pero sin una jugada que pudiera meterles a la serie. Fue cuando Valencia tuvo la más clara, tras un pase filtrado de Vargas, el ecuatoriano se midió con Marchesín, el portero logró desviar el balón y éste dio en la base del poste y salió. Respiró todo el americanismo.

América se fue en cero al vestuario, sin que Romero y Oribe hubieran podido inquietar de manera seria a Guzmán, con Darwin y Renato con algunos esbozos, pero sin el vértigo que requería el juego, le quedaban 45 minutos para tocar arrebato, era la hora para sacar todo lo que no pudo mostrar en semanas anteriores.
Sin embargo, los americanistas no se quitaron del cuerpo el ansia ni la imprecisión, ese fue el rostro más reconocible que tuvieron, y de nuevo se salvaron al inicio del segundo tiempo cuando regalaron una pelota que Gignac llevó hasta el área, pero su tiro se fue desviado.

Y al 50′ el francés volvió a ponerla en el palo luego de un centro de Valencia. América era el que necesitaba los goles y su juego en ataque carecía de sensatez, era más de arreones que con sentido, todo a trompicones buscando una pelota que se tornara milagrosa, porque ninguno de sus atacantes se imponía en los duelos individuales. Y cuando Darwin gozó de una pelota a modo, la echó por encima del travesaño.

El Piojo volteó a la banca, lo único de lo que disponía para buscar ser un poco más agresivo era Alejandro Díaz, mandó al Güero por Romero, el Chino poco pudo hacer y quizá el de anoche fue su último partido.

Tigres respondió, pero no con un cambio, sino con un gol. Tras una serie de pases equivocados en medio campo, Damm lanzó a Valencia, Enner arrancó y no hubo quien lo frenara, llegó al área en posición franca y batió a Marchesín con un tiro con la pierna izquierda, fue el premio justo a un equipo que volvió a dar cátedra del oficio que tiene, una escuadra que no se estresó, sino que siempre tuvo el partido en el escenario que más le convenía.

Se rompió América y el escenario se hizo más adverso, Guido Rodríguez se fue expulsado al 60′ por doble amarilla. Si antes lucía extremadamente complicado que América le hiciera daño a Tigres, con uno menos ya tenía pinta de imposible porque también Edson se fue expulsado porque fue incapaz de detener a Valencia y en un acto de impotencia tuvo que bajarlo por la fuerza. Una América de pena que no tuvo ni arrebato, ni coraje, ni valentía, pero sobre todo ni un solo gol. Y es que Tigres olió la sangre y los liquidó al 71′ tras una buena acción de Gignac que habilitó a Valencia. Y el propio francés marcó el tercero de penal.
Se acabó el torneo para los de Coapa, las Águilas se van de vacaciones dejando una imagen más que pobre, un equipo que se jacta de ser el más grande México no puede no marcar un gol en 360 minutos, cuando eso ocurre debe hacer una introspección profunda y hacer cambios, los que sean necesarios y que lo hagan competitivo, porque hoy en día se baraja de recursos es endeble.

Atrás han quedado los años en los que los equipos del norte le tenían cierta envidia. Hoy, el americanismo, en un acto de honestidad, debe reconocer su inferioridad, no hacerlo sería un error, le tocará lavarse la cara, sanar heridas y reaventarse, porque anoche, como el mismo Miguel Herrera lo dijo hace una semanas, su equipo fracasó, lo peor de todo es que lo hizo sin dar una imagen de grandeza. América debe voltear a ver lo que está haciendo Tigres y copiarle algo no le vendría mal. 

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