En una transmisión en vivo que ha capturado la atención de miles, Víctor Badillo, periodista destacado por su firme compromiso con la verdad, y Miguel Fortozo, corresponsal de terreno, desentrañan la profunda crisis de seguridad que azota a Nuevo León, especialmente en municipios periféricos como Salinas Victoria y Ciénaga de Flores, revelando la aparente incapacidad del gobierno estatal para proteger a sus ciudadanos.
La conversación, marcada por un tono de urgencia y desesperación, destaca los relatos alarmantes de desapariciones y secuestros masivos, apuntando a una escalada de violencia que parece superar los esfuerzos o la voluntad del estado por contenerla. Las historias compartidas por Badillo y Fortozo no son solo cifras frías; son testimonios de una comunidad aterrorizada, donde la seguridad pública ha dejado de ser una garantía.Mientras Fortozo comparte detalles de la situación en el terreno, revelando la falta de acciones concretas por parte de las autoridades y la ausencia de una estrategia efectiva para combatir al crimen organizado, Badillo insiste en la responsabilidad compartida entre sociedad y gobierno. “Mientras la gente, la sociedad, no participe de la mano con las autoridades, este pedo va en viento en popa para que nos cargue la chingada”, afirma Badillo, subrayando la importancia de la cooperación ciudadana en la denuncia y prevención del crimen.El diálogo entre ambos periodistas también critica la politización de la seguridad, donde las disputas partidistas parecen tomar precedencia sobre el bienestar de la población.
La falta de coordinación y la escasez de recursos dedicados a la búsqueda de desaparecidos se presentan como síntomas de una crisis mayor: un estado superado por la magnitud del problema y una sociedad clamando por acción.
Este reportaje no solo busca informar; es un llamado a la acción. Un recordatorio de que en la sombra del olvido y la indiferencia, las vidas de los habitantes de Nuevo León penden de un hilo, mientras la respuesta del gobierno sigue siendo insuficiente. En palabras de Badillo, “La sociedad no participa de la mano con las autoridades, este pedo va en viento en popa para que nos cargue la chingada.”
La situación en Nuevo León no es solo una crisis de seguridad; es un reflejo de una crisis de liderazgo y humanidad que exige atención inmediata.