Catrinas, Catrines, calaveras gigantes, motociclistas, músicos, carros alegóricos y danzantes, encabezaron este colorido cortejo que familias enteras pudieron disfrutar a lo largo de más de una hora.
Más de 570 voluntarios así como 21 comparsas, fueron los encargados de dar ambiente al festival a su paso, quienes también interactuaron con las familias que se hicieron presentes en dicho evento.
Durante una hora aproximadamente las calles Zaragoza y Zuazua estuvieron cerradas para dar paso a los contingentes que integran poco más de un kilómetro en el que niños, jóvenes y adultos animan al público vestidos de diferentes estilos, desde la época prehispánica hasta los tradicionales personajes calavéricos de Posada, el caricaturista mexicano.
Una de las atracciones principales del festival fueron tres calaveras de 3 metros de altura.