Por: Agencia AP
El presidente estadunidense Donald Trump desistió de su retórica agresiva hacia Corea del Norte al indicar que está dispuesto a negociar, y exhorta a Pyongyang a “venir a la mesa” y “llegar a un acuerdo”.
En su primera jornada en la península coreana, Trump presionó a Pyongyang para que abandone su plan armamentista nuclear, pero en tono optimista insinuó confiada aunque vagamente que “al final, todo se resolverá”. Y si bien dijo que Estados Unidos podría utilizar la fuerza militar si fuera necesario, se mostró más partidario que nunca de gestionar las crecientes tensiones mediante la diplomacia.
“Tiene sentido que Corea del Norte se siente a la mesa y llegue a un acuerdo que sea bueno para la gente de Corea del Norte y para el mundo”, dijo Trump durante una rueda de prensa junto al presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in. “Sí veo algo de movimiento”.
Trump dijo que ha visto “mucho progreso” en relación a Corea del Norte, aunque no llegó a decir que quisiera conversaciones diplomáticas directas.
El mandatario también destacó las opciones militares de Estados Unidos, señalando que en la región se habían desplegado tres grupos de portaaviones y un submarino nuclear. Sin embargo, señaló que “Dios mediante, esperamos que nunca tengamos que emplear” las opciones militares.
En un banquete por la noche, Trump dijo que “mañana (será) un día emocionante por muchas razones que la gente descubrirá”, pero no entró en detalles.
Durante su primer día en Corea del Sur, Trump bajó el tono tras comentarios más agresivos sobre Corea del Norte. No hubo amenazas de desatar “fuego y furia” sobre el país, como advirtió el presidente en una ocasión, ni se mencionó el apodo peyorativo de Trump para el dictador norcoreano, “El hombrecillo de los cohetes”.
Sí afirmó que el gobernante norcoreano “amenaza millones y millones de vidas, de forma muy innecesaria”, e hizo hincapié en uno de los objetivos principales de su largo viaje por Asia: reclutar a muchos países en la región, como China y Rusia, para cortar los salvavidas económicos de Corea del Norte como forma de presión para que renuncie a su programa nuclear.
Moon, que se ha esforzado por consolidar una amistad con Trump, dijo que esperaba que la visita del presidente fuera un punto de inflexión en el pulso con Pyongyang y dijo que los dos líderes habían “acordado resolver la cuestión nuclear de Corea del Norte de una forma pacífica” que “lleve paz permanente” a la península.
“Sé que usted ha puesto este asunto en lo alto de su agenda de seguridad”, dijo Moon. “De modo que confío en que su visita a Corea y a la región de Asia Pacífico sirva como una oportunidad para acabar con parte de la ansiedad que siente el pueblo coreano debido a las provocaciones de Corea del Norte, y sirva también como un punto de inflexión para resolver la cuestión nuclear norcoreana”.
Trump también dedicó tiempo a sus objetivos económicos, señalando que el acuerdo comercial actual entre Washington y Seúl “no es exitoso y no es muy bueno para Estados Unidos”. Sin embargo, dijo que había mantenido una “estupenda” reunión sobre comercio y añadió que “confiemos que eso empiece a resolverse, y se resuelva para que podamos crear muchos empleos en Estados Unidos, que es uno de los motivos muy importantes por los que estoy aquí”.