Nuestra naturaleza es tan especial que se puede llenar de paradojas como, por ejemplo, que nieve en un desierto. El lugar que todos asociamos como el infierno en La Tierra, por las altas temperaturas y el calor abrasador, también sufre en invierno las olas de frío, y a veces hasta se parece mucho a nuestro entorno. En este caso el Sáhara vivió el pasado 7 de enero la tercera nevada en 40 años, un hecho inusual que aún deja boquiabierto a cualquiera que lo vea.
Tras una extraña tormenta, la ciudad de Ain Serfa, en la zona argelina del desierto, apareció cubierta de nieve con un esplendido manto blanco que duró una hora y media, aproximadamente antes de acabar fundido por la implacable arena del lugar. Es cierto que la cordillera del Atlas rodea el lugar y que está a más de 1000 metros de altura, pero ni la temperatura media de la ciudad, que se sitúa en unos 12 grados, ni la media anual de precipitaciones, que es de 169mm, invitaban a pensar que sea un lugar propicio para ver esta estampa.
Lo más llamativo es que es el segundo año consecutivo que esto ocurre, un fenómeno que en los últimos 40 años solo había ocurrido otra vez, en 1979.