Por primera vez en más de 40 años, los científicos de la NASA han abierto una muestra de materia lunar recolectada durante las misiones Apolo. Gracias a la nueva tecnología de análisis desarrollada desde entonces, este contenedor que permaneció sellado herméticamente y conservador en nitrógeno podría revelar ahora nuevas ideas sobre el cuerpo celeste más cercano a la Tierra.
La prueba se abrió el pasado día 5 de noviembre en el Centro Espacial Johnson, en Houston (EEUU). Fue originalmente recogida por los astronautas Gene Cernan y Jack Schmitt, los últimos en pisar la superficie lunar, e introducida en un cilindro de cuatro centímetros de diámetro.
«Hemos podido tomar medidas que sencillamente no pudimos hacer durante los años del programa Apolo», ha dicho Sarah Nobe, científica del programa ANGSA. «Los análisis de las muestras maximizarán el retorno científico de Apolo, y le permitirán a una nueva generación de científicos refinar sus técnicas y preparar a los futuros exploradores de las misiones lunares de la próxima década y más allá».
La mayoría de las muestras recogidas durante el programa Apolo ya han sido analizadas. Pero en los setenta la NASA decidió mantener algunas muestras intactas para estudiarlas en el futuro con tecnologías más avanzadas.