DESDE EL INFIERNO:
Fanfarrón como el propio Diablo estaba Abel y su esposa Luz, los dos, se frotaban las manos y sonreían mientras el diabólico Plan construían.
Todos; perros, gatos, pordioseros, bandidos y rateros eran convocados al encierro.
Unos llegaban elegantes, otros hediondos. Algunos venían contentos y otros más con sus correas al cuello moviendo sus colas pelonas al placido viento.
Querían demostrar que su infierno es grande y su fuego alcanzaba a mucha pero mucha gente aunque la mayoría que llegó era la gente de servicio de sus casas, solo con esa pudieron contar. los únicos Fieles a los patrones y a las barbas de Satanás.
-Luz-bel- hizo berrinche, nadie lo podía parar, su plan era exigirle al Señor la chance de Gobernar…
Su ambición lo cegaba, creía que podía llegar a ser mejor que su amo, a quien le debía todo… y convocó a la rebelión.
“Unidos” en ese cuchitril vociferando creían que su grito llegaría hasta “arriba” y el Señor se amedrentaría… Pobre “Luz-bel”, de ese cuartucho oscuro solo un murmullo salió. Chiquito; Tan pequeñito que ni el propio infierno lo escuchó”.
Y ahí van ahora… pateando un bote, sin darse cuenta que ese infierno que aseguran es grande poco a poco los va chamuscando más y más.
Algún día entenderá esta parejita infernal que pisarle la cola al diablo no te lleva más que al mismo infierno y a lamerle la cola a Satanás.