En los últimos tiempos estamos asistiendo a acontecimientos climáticos verdaderamente extraños. En algunos casos se podría decir que rayan en lo inquietante. Todavía tenemos en mente las imágenes de la ola de frío extremo que ha azotado Estados Unidos. Este ha sido el invierno más frío de los últimos cien años en América del Norte, donde seis Estados tuvieron que decretar el estado de emergencia. La furia de los elementos detuvo trenes, canceló cientos de vuelos, bloqueó carreteras, e incluso llegó a congelar las cataratas del Niágara.
Incluso ha llegado a nevar en lugares donde parecería impensable: Egipto, Somalia, Arabia, el desierto.
El tiempo desapacible también se ha cebado con todo el sureste asiático, donde una ola de frío ha dejado 110 muertos en el norte de la India. China y Mongolia no han escapado tampoco. En los últimos años se han dado más casos similares en estas regiones, pero no aparecen normalmente en los medios de comunicación.
El sur de Reino Unido ha sufrido el mes de enero más húmedo que se recuerda desde 1910, Incluso en la Antártida se han registrado la friolera de 93 grados bajo cero, temperatura récord.
Pero…¿los científicos no llevan años afirmando que estamos en pleno proceso de calentamiento global? Esa sería la teoría más aceptada, pero lo cierto es que cada día más expertos de diversas ramas ponen en tela de juicio esta hipótesis, teorizando incluso con que los acontecimientos actuales son el preludio de una nueva era o edad glacial.
No se sabe con exactitud, pero algunos investigadores aseguran que alrededor del año 2019, la Tierra podría entrar en una nueva glaciación que duraría unos dos siglos. Uno de estos investigadores es Alexander Soloviev, jefe del laboratorio de física del Sol en el observatorio astronómico Pulkovo, quien expresó a la Voz de Rusia: “Hay una hipótesis según la cual, cuanto mayor sea la actividad solar, mayor es la temperatura en la Tierra, y viceversa: cuando el Sol baja su nivel de actividad, disminuye la temperatura en la Tierra. En estos momentos, estamos viviendo un periodo de actividad solar máxima, pero es una máxima muy baja, lo que indica que ahora mismo el Sol no se encuentra muy activo. Se espera que en el siglo XXI el Sol no sea tan activo como lo fue en el siglo anterior, por lo que sospechamos que en este siglo la temperatura media sea inferior a la del siglo XX.”
Por lo tanto, el hipotético calentamiento global del planeta lleva a corto plazo a épocas de frío. En resumidas cuentas, la tendencia hacia el calentamiento global debido al impacto humano sobre el medio ambiente y una disminución en la temperatura debido al debilitamiento de la actividad solar no se excluyen entre sí, dicen los científicos. Estos procesos tienen lugar en diferentes planos. El uno equilibra al otro. Y, tal vez, uno de ellos podría hacer perder el equilibrio al conjunto.
Los expertos creen que este fenómeno sería comparable a uno de los mayores períodos de calma que ha manifestado el Sol desde el siglo XVII, conocido como el” Mínimo de Maunder”, en el que durísimos inviernos se cirnieron sobre Europa. El río Támesis y el mar Báltico se congelaron, durante las condiciones más duras a nivel meteorológico que se han registrado en Europa.
De acuerdo con el National Climatic Data Center estadounidense, la cubierta de nieve de este año sobre América del Norte y gran parte de Siberia, Mongolia y China es mayor que en cualquier otro momento desde el año 1966.
Asimismo, parece ser que en los periodos anteriores a las glaciaciones, se acentúan el invierno y el verano, atenuándose y siendo casi imperceptibles las otras dos estaciones de entretiempo. Antes de la llegada de la glaciación, los inviernos se volverán progresivamente más crudos.
Información R.T