La primera sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación establecio que los menores que viven con sus madres en prisión no pueden ser separados de manera abrupta pues afecta a los infantes. Así en forma unánime concluyeron los Ministros de la Corte argumentando que las autoridades penitenciarias no pueden distanciar a los menores de sus madres, en cambio, deben asegurar que madre e hijo mantengan contacto cercano, frecuente y en un lugar apropiado para el desarrollo emocional y psicológico del menor.