Por años se ha desestimado el dolor provocado por los cólicos menstruales que millones de mujeres alrededor del mundo sufren a lo largo de sus vidas.
El problema de minimizarlos no solo evita que a las mujeres se les ofrezca atención médica adecuada, sino que incrementa el número de casos de endometriosis que pudieron haber sido prevenidos.
Un reportaje publicado en 2015 por el periodista Joe Fassler del diario The Atlantic, describió cómo su esposa tuvo que esperar hasta 14 horas para entrar al quirófano en un hospital de Brooklyn, y todo porque los médicos desestimaron el dolor provocado por sus cólicos menstruales.
Luego de dejarla esperando varias horas los médicos descubrieron un quiste en su ovario que había crecido tanto que provocó una torsión en la trompa de falopio.
En 2016, un profesor de salud reproductiva en la Universidad de Londres publicó una investigación que probó que los dolores menstruales son tan dolorosos como un ataque al corazón y que por eso deben ser tratados como una urgencia.
La falta de este conocimiento o la forma en la que los médicos lo han paliado a lo largo de los años —con analgésicos menores como ibuprofeno y paracetamol— ha evitado que se detecten problemas más serios como la endometriosis, trastorno que aqueja a más de 170 millones de mujeres en el mundo, según investigaciones recientes de la World Endometriosis Research Foundation.
La misma fundación calcula que en promedio hay un retraso de siete años en el diagnóstico de este padecimiento y parte de eso es porque la gravedad de los dolores de los cólicos menstruales son considerados como algo “normal que se cura con cualquier cosa”.
En 2015 Kirstie Wilson, de 21 años de edad, murió por cáncer cervical luego de que los médicos que la atendieron no pudieran darle un diagnóstico preciso. Según fuentes locales como el Daily Mail, quienes la atendieron le dijeron que sus calambres estomacales se debían al crecimiento de aftas y no al cáncer.
En un artículo de The Telegraph, se recoge el testimonio de un especialista que recomienda que el Servicio Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés) británico revise a las mujeres que sufren cólicos menstruales severos para detectar la presencia de endometriosis.
El camino es largo, pero ya se comenzaron a dar los primeros pasos para detectar este desorden a tiempo, justo cuando es menos complicado tratarlo.